jueves, 12 de noviembre de 2009


Días previos a la exposición al sol, procura alimentarte con zanahorias, patillas, melón, uvas y otros alimentos que contengan betacaroteno, ya que estimula la pigmentación de la piel y obtendrás un bronceado más duradero.

Evite las exposiciones prolongadas y directas al sol entre las 11:00 am y las 4:00 pm, pues son las horas en las que considera los rayos del sol caen más perpendicularmente y pueden provocar fuertes quemaduras.

Media hora antes de exponerse al sol, aplique una generosa cantidad de un protector solar por todo el cuerpo. No olvide aquellas áreas que a simple vista pareciesen que están protegidas, como las orejas, el cuello, la calvicie y los pies.

Los dermatólogos recomiendan protectores con factor de protección solar (SPF) superior a 30. El número indica la cantidad de tiempo que pueda durar una persona expuesta al sol sin sufrir quemaduras.
Hay que tener en cuenta que en los días nubados o donde no aparecen de forma inmediata los rayos del sol, lo comúnmente se denomina “resolana” también se esta exponiendo la piel. Así que el bloqueador es imprescindible en cualquier momento.

Use sombreros, gorras, lentes adecuados y protectores labiales.

A los niños menores de seis meses no se les debe exponer al sol, y si lo haces ten precaución con los protectores que usas; cuida que no lleven muchos agentes químicos que puedan irritarlos y deben ser adecuados para la suave y delicada textura de su piel. Para que sea un buen protector solar debe ser un poco grasoso para que se adquiera mejor

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